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El Consejo Superior de la Universidad Monteávila

Feb 29, 2024

El gobierno de las universidades sin fines de lucro es complejo. La principal razón es la naturaleza de la institución, sus fines y sus medios. Al no haber propietario (accionistas), quienes las dirigen han de sentirse con mentalidad de dueño, sin más motivación que la consecución del propósito universitario. En la Monteávila es muy claro: existimos para que los sueños de nuestros estudiantes se hagan realidad en su vida profesional. Los profesores y quienes dirigen esta casa de estudios tenemos la obligación de trabajar con empeño y compromiso para no defraudar esas expectativas de los alumnos. Quienes gobiernan la universidad deben lograr un clima de corresponsabilidad, de modo que en la comunidad universitaria la gran mayoría se sientan protagonistas de esta aventura común.

Los medios son los necesarios para conseguir sus fines, como en cualquier otra organización que quiera ser eficaz. En una universidad son las clases, los proyectos de investigación y extensión, la vida universitaria, la formación de profesores, la promoción de alumnos, una remuneración adecuada, el clima organizacional, y el buen uso de las finanzas: gestión oportuna de cobranza, gastar con prudencia, invertir inteligentemente, etc.  

Uno de los órganos de gobierno de la Monteávila es su Consejo Superior. Según sus estatutos, es la autoridad máxima de la universidad y le corresponde, en consecuencia, su dirección general, siempre bajo el Ideario, Estatutos y Reglamentos de la universidad. Se aspira que quienes lo componen enriquezcan las decisiones y apoyen las soluciones. En una universidad de identidad cristiana como esta casa de estudios, sus integrantes deben tener un tenor de vida congruente con la moral católica. 

Desde sus inicios, la Monteávila ha sido bendecida por diferentes consejos superiores. Sus integrantes han sumado esfuerzos para los fines de la Monteávila. Lo han hecho entendiendo la naturaleza de esta institución y apoyando el trabajo de sus autoridades centrales y decanales. El impulso y gestiones para la adquisición del terreno en Caicaguana para el futuro campus, los proyectos de urbanismo y arquitectura para ese proyecto, la conformación de equipos de trabajo para promover nuevas facultades como las de Ingeniería, Ciencias del hábitat y Ciencias de la salud, la operación de la compra del terreno e instalaciones de nuestra sede en Boleíta, y la negociación de la moderna sede en Lomas del Sol, son algunos de los aportes tangibles que los consejos superiores han impulsado en los últimos años. 

Uno de los roles del Consejo Superior es el nombramiento de los integrantes del Consejo Directivo y de los decanos. La búsqueda y selección de quienes han ocupado esas posiciones ha sido un aporte invalorable al buen hacer de la Monteávila. 

Es justo destacar la labor de a quienes afectuosamente llamamos “los Migueles”: los profesores Miguel Bravo y Miguel Ángel Galíndez, presidente y secretario respectivamente de los dos últimos períodos del Consejo Superior. Su apoyo y orientación a la labor de gobierno del previo y actual Consejo Directivo ha sido irrestricto y muy de agradecer por quienes hemos sido rectores durante su gestión.

Se ha nombrado un nuevo Consejo Superior. Podemos decir que es un importante hito en la conmemoración del 25° aniversario de la Universidad Monteávila. De su mano, comenzaremos a recorrer el siguiente cuarto de siglo de vida. Entre sus integrantes repiten varios integrantes del anterior consejo. Cabe destacar al profesor Carlos García Soto, abogado egresado de la primera promoción de esta casa de estudios superiores, quien ha sido nombrado presidente. Le acompañará como secretario del consejo, el abogado Luis López Durán, un colaborador generoso de la Monteávila. Continúan en el consejo en apoyo directo a gestiones concretas, el también abogado y profesor Alfonso Porras Machado, el ingeniero Francisco Díaz Rolando, la arquitecta Clementina González de Villarroel y el TSU en seguros, Leonardo Salas González.

Un rasgo novedoso de este nuevo Consejo Superior es la incorporación de empresarios, entre los que cabe destacar a Francisco Acevedo Landaluce, José Ygnacio González Casal, Luis Himiob Santomé, Omar Pérez Ardila, Tiziana Polesel de Hoffman,  Ignacio Sosa Branger, Henrique Vollmer De Marcellus y Ricardo Zambrano Raya. 

Son en total diecinueve (19) integrantes del Consejo Superior. En próximos artículos de nuestra página web iremos conociendo a cada uno de ellos, sus trayectorias profesionales y sus impresiones sobre esta nueva responsabilidad. El profesor García Soto, en sus palabras de bienvenida del nuevo consejo, les recordó que su participación en este órgano de gobierno de la Monteávila era un apoyo directo a la patria. 

Quiero cerrar con una impresión. Me correspondió invitar, acompañado de algún miembro del Consejo Superior, a varios de los nuevos integrantes. Sus palabras siempre fueron de agradecimiento y de sentirse honrados de apoyar el gobierno de la Monteávila. Pienso que estas convicciones en tan distinguidos profesionales sólo tienen una explicación: el prestigio que la Universidad Monteávila ha construido en tan poco tiempo. 

Que Dios ilumine y acompañe a este nuevo Consejo Superior para realizar un efectivo trabajo de gobierno. Lo necesitamos en este importante momento de crecimiento académico y de sedes, y siempre.

Guillermo Fariñas Contreras, rector de la Universidad Monteávila