Cuando Martin, un antiguo ciudadano de la RDA, sale de la cárcel, se enfrenta a las consecuencias de la reunificación alemana: en Berlín encuentra a viejos compañeros, a su esposa, que ahora vive con un nuevo amigo, y a su hijo, a quien jamás ha conocido. Esta es la premisa de “Berlín es Alemania”, película estrenada en 2001 y que retrata, a través de la ficción, la realidad que atravesaron los ciudadanos alemanes durante los últimos años de la década de los noventa en cuanto al proceso de reunificación.
En conmemoración de la semana de la libertad, que celebra la caída del Muro de Berlín, realizamos un cine foro de la cinta junto a Thomas Schaumberg, director del Instituto Goethe.
Schaumberg compartió su opinión y experiencia como un “hijo de la unificación”, pues habiendo nacido en 1990, tuvo una apreciación similar del proceso como el personaje de Rocco, el hijo de Martin.
Contó que su padre nació y creció en la República Democrática Alemana, mientras que su madre es húngara. La pareja se conoció tras la emigración de su padre y su abuela de la RDA a Hungría, país que “era un imán para turistas de la Alemania Oriental” por su régimen más liberal.
“La palabra caída es una construcción histórica”, expresó Schaumberg. El director detalló que lo ocurrido durante la noche del 9 de noviembre de 1989 fue un malentendido comunicacional por parte del gobierno de la RDA, que producto de las protestas realizadas meses antes, cambió el control fronterizo.
“Nosotros vemos hoy en día este episodio, o sea, la caída del muro y el proceso de unificación como un proceso concluido. Mi hipótesis es que este proceso sigue abierto”, afirmó el también historiador alemán.
Schaumberg invitó a los profesores y estudiantes a reflexionar sobre qué fue lo que exactamente se reunificó, ya que en la realidad se trató más de una destrucción del estado oriental y su integración en el sistema político económico occidental.
Entre los comentarios y preguntas del público, se comentó acerca del término utilizado en la película para referirse a los “ciudadanos de tercera”, con la intención de saber si se mantiene en la actualidad. Igualmente, se hizo mención a la analogía a la libertad que se muestra al final del filme.
El director del Instituto Goethe señaló que en la actualidad está sucediendo un fenómeno que el público alemán denomina como “el muro en la cabeza”, donde generaciones más jóvenes -que no vivieron la época de la Guerra Fría- le dan importancia a la zona de donde vienen.
Esto último también tiene que ver con las diferencias que todavía permanecen entre el este y oeste del país, si bien ambas regiones lograron modernizarse a nivel tecnológico y de infraestructura. Schaumberg dijo que la desocupación, el racismo y algunos problemas del sector de salud contribuyen a la construcción de ese muro mental treinta y tres años más tarde.
Respecto a la observación sobre la libertad, el invitado mencionó que “la libertad también se idealiza en ciertos momentos, era la gran esperanza de muchos en el este. Pero la libertad también viene siempre con la responsabilidad, y con tomar tus propias decisiones”.
De acuerdo con Schaumberg, esto pudo observarse en cómo algunos miembros de la sociedad alemana no supieron orientarse en el nuevo ambiente por su propia cuenta.
Así mismo, el moderador del foro resaltó que Alemania es un país altamente plural y diverso, donde actualmente viven 85 millones de personas.
“La reunificación alemana sería más bien la restitución de la unidad estatal de la nación alemana”, afirmó Schaumberg.