Antes de la pandemia, la Fundación Bigott, la firma Antequera Parilli & Rodríguez, KPMG y la Monteávila decidieron unir esfuerzos para promover un diplomado sobre emprendimientos culturales, seguros de que son los venezolanos innovadores, decididos, que quieren ir más lejos, los que ponen la cultura en movimiento.
La semana pasada celebramos ese esfuerzo y el logro de 33 personas que recibieron el certificado que valida la formación recibida en materias tan actuales y necesarias como la economía naranja, la propiedad intelectual, la marca personal, el storytelling, entre otras. Las organizaciones que trabajamos en el diseño de este programa tenemos el propósito de contribuir en el quehacer de los emprendedores con herramientas prácticas y principios claros. Cumpliendo esa meta, los participantes se llevan no solo estos conocimientos sino una red de relaciones, clave para el desarrollo de sus proyectos.
La vicerrectora académica, Carolina Amaya de Escobar, recordó el inicio del programa: “no fue fácil y, sin embargo, aquí estamos. En la universidad tenemos el gusto de apoyar y apalancar programas de formación como este diplomado, porque nuestro centro es, justamente, la persona humana, expresada en su desarrollo cultural.
Su trabajo debe ser ejemplo de una cultura viva, rica y edificante. Sea lo que fuere que van a generar, deben procurar que su producto mejore al que lo reciba y que este sea un instrumento de bien y de belleza, de ser posible. El trabajo bien hecho, con convicción y ética, genera el bien a quien lo recibe, y una superabundancia de bien en lo que requieren las sociedades para su desarrollo”.