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La reputación tiene que ver con trabajar bien y pensar en los demás

Feb 1, 2023

Durante su visita de cinco días en la Monteávila, el exrector de la Universidad de Navarra, Alfonso Sánchez-Tabernero, dejó sembrados su buen ánimo, su optimismo y nuevos conocimientos en directivos, profesores, alumnos, y el personal académico y administrativo. En su primera visita a la UMA aseguró sentirse como en casa y todos agradecimos su amistad y la pasión con la que transmite lo que sabe. 

En los espacios de la universidad ofreció seis conferencias, tuvo un encuentro con empresarios vinculados a la universidad y participó en sesiones de trabajo con directivos y otros equipos académicos y de apoyo. Su voz también pudo llegar más lejos, a través de tres entrevistas de radio a las que fue invitado. 

Sanchez-Tabernero es licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, catedrático de Empresa Informativa y experto en gobierno y reputación de universidades. Se presenta “básicamente como profesor y jugador de fútbol” y resume sus intereses en tres palabras: “la comunicación, la cultura y la universidad, que son las grandes fuerzas transformadoras de la sociedad”. 

Del 23 al 27 de enero, se mostró como un libro abierto en todos esos temas. Tiene una respuesta para todo, siempre desde una visión proactiva y optimista, y no duda en decir cuando no la tiene, sin dejar de atreverse a expresar siempre alguna idea orientadora sobre lo que se le consulta. Habla durante horas sin perder la atención de la audiencia, gracias a su sustancioso discurso, rico en vivencias, ejemplos, anécdotas futbolísticas y paréntesis de buen humor.

Desde sus inicios, la Universidad Monteávila desarrolla un plan de formación de sus directivos, profesores, personal académico y administrativo. Este plan contempla diferentes dimensiones, entre las que ocupan un lugar destacado el conocimiento e identificación con el Ideario institucional y la profesionalización del trabajo universitario. Por eso la importancia de contar con un catedrático de reconocimiento internacional como Sánchez-Tabernero en este plan de formación.

La Monteávila es una organización con propósito

En su primera conferencia, el catedrático fue extenso en explicar el concepto de las organizaciones con propósito, su importancia en la actualidad y lo que hay que hacer para que se concrete en la práctica el propósito de la Universidad Monteávila. 

Ante la evidencia de que el desarrollo tecnológico, científico y económico de los últimos años no ha beneficiado a todos por igual y ha dejado efectos secundarios no deseados, como el impacto negativo en el medio ambiente, hay consenso global en que las organizaciones tienen que plantearse su obligación de dejar una buena huella en el mundo.

“Además de conseguir los recursos para financiar su actividad, incluso teniendo ánimo de lucro, tienen que tener propósito. Las que lo tengan verdaderamente y no como un elemento decorativo son las que van a hacer al mundo más justo, más solidario”, subrayó.

En sus palabras, el propósito de la Universidad Monteávila es “hacer una gran tarea universitaria iluminada por las grandes propuestas del pensamiento cristiano”, y eso se concreta trabajando en función de cuatro grandes objetivos: que sea un buen lugar de trabajo, que sea un gran lugar para estudiar, hacer una investigación de alta calidad e involucrarse en los problemas del entorno”. 

Afirmó que el propósito implica compromiso con el resultado: “que todo el que salga egresado de aquí tenga claramente la marca de la casa”. Que hayan tenido una formación de gran calidad, también en el ámbito humano y ético, y se comporte con coherencia. Razón por la cual, “el propósito es incompatible con la estrategia de Pilatos. Ante un problema o dificultad, no se puede decir: yo lo intenté, no funcionó, me lavo las manos. No, la estrategia de Pilatos no la aceptamos”.

No hay buen gobierno si no genera una reputación favorable

Sanchez-Tabernero explicó que gobierno de organizaciones y reputación son dos cosas que están muy unidas, “son como la mano derecha y la mano izquierda. Están muy próximos”.

Se refirió al gobierno como la elección del modo de competir en el mercado, el establecimiento de prioridades, de líneas de acción “de qué voy a hacer, cómo voy a avanzar”. Mientras que la reputación es cómo conseguir que las personas, los clientes, los estudiantes, los pacientes confíen en la institución.

“Cualquier actividad, comercial, educativa, hospitalaria, de cualquier tipo, se basa en la generación de confianza. Buena parte de las decisiones que tomamos en nuestra vida se basan en confianza en marcas, en organizaciones. Por lo que me han contado, lo que he leído y lo que he investigado, confío”, dijo a la periodista Graciela Beltrán Carias durante una entrevista en el Circuito Éxitos.

Añadió que a largo plazo, la reputación tiene mucho que ver con la sustancia. “Tú puedes intentar incrementar tu prestigio con una campaña de publicidad, con fuegos artificiales, con acciones efectistas, pero al final lo importante es la sustancia. ¿Qué es la sustancia?: en un hospital es lo que dicen sus pacientes, en una universidad lo que dicen sus estudiantes, en una empresa lo que dicen sus clientes. La reputación se genera no defraudando a tus interlocutores, haciendo bien tu trabajo. Tiene que ver con trabajar bien y pensar en los demás”.

Necesitamos buenos medios y buena educación

Como experto en gestión de medios de comunicación, aseguró que en el entorno actual y el que viene, lo esencial sigue siendo el buen periodismo y la innovación continua, poniendo la tecnología al servicio del público y no viéndola como un fin en sí misma. Sobre este tema dio una clase magistral a los alumnos de séptimo semestre de comunicación social y conversó con la periodista María Isabel Párraga en Mundo UR. 

“Hoy, los medios tienen que hacer dos cosas: 1) Proteger su calidad, porque sin calidad no hay credibilidad ni se puede captar la atención del público por mucho tiempo. 2) Innovar continuamente. Ver cómo la tecnología da nuevas oportunidades y cómo podemos captar la atención del público”, puntualizó.

A su juicio, las dos grandes enfermedades de la comunicación actual son la banalización y la polarización. “Porque es fácil captar la atención del público con un insulto, con una brutalidad, con una simplificación. Lo que pasa es que eso acaba cansando a los lectores. Nos quedamos con una historia memorable, sea real o de ficción. Para captar la atención de modo permanente lo tienes que hacer con credibilidad, calidad y respeto a la verdad”.

En este contexto, destacó la importancia de la formación profesional. “Una de las características del ciudadano actual en el mundo es el desconcierto, no saber a qué atenerse, quién dice la verdad. Ante esto las dos únicas soluciones son: buena formación de los ciudadanos y luego que algunos medios tengan buena reputación y la gente pueda confiar. Necesitamos buenos medios y buena educación”. 

Encantado con Venezuela y cautivado por la Monteávila 

En su primera visita a nuestro país, el español, oriundo de Salamanca, siempre tuvo palabras de admiración: “Estoy encantado de estar en este gran país, tan frondoso y tan increíble que es Venezuela (…) Qué buena es la comida. He comido de todo, porque me han tratado muy bien, qué calidad culinaria”.

Mencionó en varias oportunidades que “le daría el doctorado en gestión de crisis a todos los venezolanos”, por las condiciones en las que han tenido que funcionar las instituciones en los últimos años. “La crisis, del tipo que sea, pone de manifiesto la pasta de la que estamos hechos. Porque cuando hay viento de cola todo el mundo sabe navegar, pero cuando viene la tormenta se ve quién es el capitán del barco y hasta que uno no ha pasado una tormenta o dos o tres uno no aprende. Solo en la adversidad aumenta nuestro coraje, a menos que nos rindamos. En la adversidad crecen el ingenio y la creatividad”, señaló.

Desde sus primeros momentos en la Monteávila, dijo que se sentía en casa, porque “vio una universidad con la que Navarra comparte muchos principios: Esta base humanística y esta preocupación por el estudiante”.

Con la humildad y la alegría que lo caracterizan, expresó que esta universidad que no conocía lo había cautivado, “básicamente porque la gente trabaja mucho y se queja poco, que es algo que a mí me gusta mucho (…) Lo que he hecho es aprender de personas que tienen coraje ante la adversidad, eso es lo que caracteriza a esta universidad, y mi idea es ayudarles a continuar en esa dirección”.