“Fue a los 14 años cuando un duende me tomó por un brazo y me puso frente a un fogón, desde entonces no he dejado de trabajar”, así inició el chef Víctor Moreno el conversatorio Cocina Venezolana y Emprender. Habló de cómo se inició en la cocina, sobre sus logros y experiencias, y de qué manera la gastronomía y el emprendimiento contribuyen al desarrollo del país y de las sociedades.
El evento se desarrolló en el marco de la alianza entre la Monteávila y la Asociación Civil Trabajo y Persona. Esta organización comparte con la universidad la certeza de que el trabajo bien hecho es medio de perfeccionamiento del ser humano.
El público estuvo integrado principalmente por madres residentes en la ciudad capital, Guarenas y el estado Monagas, participantes en el curso Gastronomía 360-Caracas. En esta iniciativa confluyen el emprendimiento, el desarrollo humano, la formación en el arte culinario y las ganas de aprender.
Moreno, chef de reconocimiento nacional e internacional, les dijo que en la gastronomía es tan importante la sazón como el conocimiento. Lo aprendió de sus maestros, entre ellos, Armando Scannone y José Rafael Lovera.
Para conversar sobre la cocina, pero desde la visión gerencial, Juan José Giménez, operador de restaurantes, compartió algunos consejos con las futuras emprendedoras sobre cómo hacer un negocio sostenible. “No solo es suficiente el talento, hay que entender cómo venderlo, cómo presentar una receta, y para eso tienen que prepararse”, indicó.
Por su parte, Alejandro Marius, presidente de la Asociación Civil Trabajo y Persona, explicó cómo el trabajo, traducido en emprendimientos, es una herramienta fundamental para el desarrollo personal y del país. Es por ello que desde la organización que preside, seguirá fomentando y fortaleciendo este tipo de iniciativas. Adelantó que tienen previsto abrir el curso no solo a madres sino a las mujeres en general.