Comunicar es fundamental si queremos enseñar. Y comunicar va más allá de buscar la comprensión del otro, de procurar que el mensaje sea recibido e interpretado correctamente por el interlocutor. También es “el deseo del bien de la otra persona, por eso, hay que hacerlo de la mejor manera. Comunicar es una manera de servir”, explicó el filólogo y lingüista Jerónimo Alayón en la Lección Inaugural de la Facultad de Ciencias de la Educación.
El profesor Alayón explicó de qué se trata la Teoría de la Cooperación de H.P. Grice, quien escribió un catálogo de principios conversacionales desde el punto de vista lingüístico, pero que también aplican para que el acto comunicativo sea más eficaz y eficiente.
El ponente profundizó en dos tipos de comunicador: el pasivo y el activo. El primero suele ser callado, su tono de voz es débil, evita mirar a los ojos, tiene el cuerpo encorvado y está cabizbajo.
El activo, por el contrario, se distingue por hablar alto, su mirada y postura son altivas, el tono muscular es tenso, suele apretar los puños, en ocasiones levanta un dedo acusador. Es usual escucharlo decir en el aula de clases: “Bueno, muchachos, no se extrañen cuando lleguen los resultados del examen”, de forma amenazante.
¿Cómo ser asertivos a la hora de comunicar y enseñar? El profesor Alayó recomendó un tono de voz cordial, interesarse por lo que dice el alumno, escuchar al otro, mirar a los ojos, mantener una postura natural y sin rigidez. Al momento de corregir a un grupo de alumnos, hacerlo de la mejor manera. Es otra forma de servir y preocuparnos por las personas.
Los estudiantes de la Escuela de Educación de la Monteávila preguntaron al invitado cuáles eran sus recomendaciones para comunicarse asertivamente con alumnos con alguna discapacidad. Les sugirió conocer a los alumnos; en el contexto educativo el conocimiento debe servir para comunicar más y mejor.
