- Es necesario ver la parte legal de un negocio como un apoyo y no una amenaza.
- Para un diseñador de modas, el acercamiento a la parte legal debe hacerse desde la confianza, la relación personal y la empatía.
- El abogado que selecciones debe ser especialista en el área, debe conocer bien el negocio.
- Se sintió halagado cuando lo copiaban; se sentía relevante… luego entendió que debía monitorear lo que pasaba en el mundo entero para que nadie se aprovechara de su marca y su prestigio.
- Como diseñador, como marca, lo han hecho firmar contratos de confidencialidad para no hablar de sus diseños.
- Se ha rodeado de personas buenas y serias.
- 60% de su personal es venezolano. “Creo en la gente”, afirma.
- Como detallista que es, se involucra en todos los procesos legales: “Aprendí a hacerlo y lo disfruto”.
- Los contratos de las modelos dependen de la agencia con la que trabajan, de la magnitud de la campaña y del uso que se hará de su imagen: si es para impresos, videos o redes, por ejemplo.
- Cada persona que invierte se quiere proteger y el artista también debe hacerlo para no perder el control. “Mi primera experiencia con un abogado fue muy positiva”.
- Sus colecciones han sido presentadas en pasarelas importantes como la Miami Fashion Week (FMW), la New York Fashion Week (NYFW) y la Bridal Fashion Week, en Barcelona, entre otras: “La moda es mi pasión”.
La conversación con el diseñador venezolano se dio en una clase abierta del II Curso Internacional de Fashion Law, organizado por la Especialización de Propiedad Intelectual (EPROI) de la Universidad Monteávila. Lo acompañaron la Dra. Gabriela Rachadel de Delgado, los profesores Mariela Martelacci, Ricardo Alberto Antequera, Raizabel Méndez, Pamela Echeverría y Beatriz Ayala, de la EPROI, los estudiantes de esta segunda cohorte y personas del público en general.