Universitarios añoran las aulas pero están conscientes de los riesgos

Estudiantes Universidad Monteávila

Al cumplirse un año de cuarentena los estudiantes hablan de cómo ha sido el proceso académico.

estudiantes

Marí­a Laura León.-

Tras un año de educación a distancia, el retorno a la presencialidad es una promesa perenne que no termina de concretarse, debido a las circunstancias sanitarias que rodean la cotidianidad desde la aparición del coronavirus, realidad que entienden los estudiantes, a pesar que añoran el retorno a las aulas.

Los alumnos de distintas instituciones superiores consultados están conscientes de la complejidad de la situación y de los distintos factores que deben considerarse al momento de un futuro retorno a las aulas, debido fundamentalmente a los nuevos í­ndices de contagios. 

“A todos nos gustarí­a que se acabe, pero no creo que vayamos a la Universidad tan rápidamente”, declaró Nicolás El Khaouli, estudiante de cuarto semestre de la universidad Monteávila.

Estudiantes de otras instituciones del Distrito Capital también expresaron su desconfianza sobre el retorno a alguna forma de modalidad presencial, porque “es muy complejo hacerlo en las circunstancias que estamos viviendo, pero debemos hacer un esfuerzo por tratar de volver a la normalidad”, expresó Angel Hidalgo, estudiante de la Universidad Católica Andrés Bello.

“Volver a la educación presencial me parece algo bastante lejano, no estamos preparados para regresar a las aulas, porque aunque haya métodos de bioseguridad, siempre estará el gran riesgo de que te infectes (…), así­ que el regreso a clases presenciales será en un largo tiempo”, aseguró Daniela Allen, estudiante de la Universidad Central de Venezuela.

Dentro de las razones por las que los estudiantes ansí­an regresar a las aulas se encuentran los espacios de recreación y la separación de la universidad con las actividades de la casa.

“Necesito un ambiente más adecuado que mi casa para mis estudios, las instalaciones y espacios abiertos, además extraño la vida universitaria que va más allá de ver clases, estudiar y presentar evaluaciones”, afirmó Hidalgo.

El Khaouli también indicó que la concentración y la carga de asignaciones hace todo más difí­cil porque “existe un tema motivacional que ha afectado a más de uno (…), pero no hemos perdido tiempo y creo que eso es rescatable”

Estudiantes han madurado

Sin embargo, los jóvenes reconocen que ahora el estudio a distancia es más fácil debido a la experiencia. “Comenzar a ver clases on-line, en un paí­s donde el Internet no funciona correctamente ha sido de terror, pero, ya después de un año y de ir aprendiendo sobre la marcha, hemos logrado cierta estabilidad”, explicó Emily Silva, estudiante de la Universidad Monteávila.

Silva aseguró que esta experiencia le ha brindado nuevas herramientas como la organización y la paciencia.

Esta adaptación también ha traí­do sus beneficios, tal y como explica Emily González: “El tener las clases grabadas ha sido extraordinariamente beneficioso, ya no tengo problemas si no pude copiar algo o no logré escuchar por distintas razones”.

González también considera que esto es una ventajasólo si se toma en cuenta la voluntad del estudiante, como es el caso de Daniela Allen, quien durante la cuarentena decidió estudiar dos carreras, una en la Universidad Central y otra en la Simón Bolí­var. “Estudiar dos carreras al mismo tiempo es algo que yo quiero y eso hace que el estrés valga la pena”.

Por lo pronto, los estudiantes continúan sus procesos académicos on line, mientras desde el Ejecutivo Nacional se habla de un retorno seguro a las clases, primero se mencionó marzo y luego abril, sin embargo, en ese momento no se conocí­a oficialmente de la existencia de la cepa brasilera del covid-19, pareciera que la espera continúa.

*Marí­a Laura León es estudiante de la Universidad Monteávila

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