Leer y correr | Reto de los siete templos

Luisa Caruto.-

Las actividades en Semana Santa refuerzan la fe religiosa. Foto: Luisa Caruto

Hace algunos años veí­a la veneración de mis tí­as en tiempos de Semana Santa. Ellas cumplí­an con ir a la iglesia, no comer carnes rojas y hacer la visita a los templos. Para mi resultaba ser una costumbre de gente mayor. Ahora puedo entender que la fe cristiana se puede expresar en pequeñas cosas con una cuota de esfuerzo.

La visita a los siete templos históricamente tiene su origen en los momentos que padeció Jesús, desde que salió de la casa (Cenáculo) donde celebró la última cena hasta el Huerto de Getsemaní­ (Huerto de los Olivos), donde oró intensamente hasta ser apresado por guardias romanos, comenzó todo su proceso de enjuiciamiento, pasión y finalmente su crucifixión.

Mi amigo Genaro Núñez ha hecho por veintiún años una actividad que liga las creencias católicas con la afición de correr. Se trata del Reto de los siete templos, un recorrido de treinta kilómetros a la distancia, empezando en La Pastora y finalizando en El Hatillo. Son siete iglesias en las que se puede hacer cualquier ofrenda, una oración, un agradecimiento, una petición.

Los únicos requisitos son agua suficiente para el recorrido, alguna porción de bocadillo, galleta o fruta, protector solar y dinero en efectivo. No es una actividad competitiva, por lo que el tiempo estimado en hacerse el reto es de unas cinco horas: en cada iglesia se hace una parada que sirve de descanso. Se necesita la preparación propia de un corredor aficionado.

Los templos visitados son:

Iglesia San Judas Tadeo – Calle Real de Puerta Caracas, La Pastora.

Iglesia Sagrado Corazón de Jesús – Av. Fuerzas Armadas.

Iglesia San Agustí­n – Av. Fuerzas Armadas, al lado del Colegio Fray Luis de León.

Iglesia San Pedro Apóstol – Los Chaguaramos.

Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe – Calle La Cinta, Las Mercedes.

Iglesia Nuestra Señora del Rosario – Calle Páez con Girardot, Baruta.

Iglesia Santa Rosalí­a de Palermo – Calle Bolí­var, frente a la Plaza Bolí­var, El Hatillo

Nuevamente he tenido la oportunidad de hacer esta actividad por quinta vez. Para quienes vivimos en Caracas parece fácil ir de La Pastora al Hatillo, pero les aseguro que la topografí­a de la ciudad hace de la ruta una verdadera aventura, más si se presenta con una lluvia torrencial como añadido. El número de asistentes al reto ha variado de un año a otro, siendo un grupo de diez personas los tenaces asistentes.

Hacer devoción a Jesucristo un Viernes Santo no es una actividad exclusiva de este grupo, existen muchos  corredores que también visitan los templos. La Fundación Cine Jardí­n con el apoyo de Runners Oeste hace un recorrido de siete kilómetros saliendo de la Iglesia Nuestra Señora de la Visitación de Juan Pablo en Montalbán. También el Club Tragamillas recorre catorce kilómetros partiendo y llegando a la Iglesia Altagracia de Barquisimeto. El parque Vereda del Lago es el punto de partida de la ruta de los siete templos planificada por Zulia Runners. Por su parte Marí­a Eugenia Viloria Ortin organiza un recorrido de treinta y tres kilómetros por siete iglesias í­cono de la ciudad de Lima, Perú.

El reto de los siete templos me resulta un acto de reconciliación con Dios, así­ como un momento para orar por nosotros que estamos padeciendo tiempos crí­ticos. Los corredores deben tener otras razones para hacerlo, tomarlo como un entrenamiento más, admirar las bellezas de los templos, compartir con los amigos, hacer reflexión. Lo más importante es tener el gusto por correr y la creencia en Dios como un ser todopoderoso que va más allá de nuestro intelecto, razonamiento y limitaciones.

* Luisa Caruto es coordinadora de la Biblioteca UMA.

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