UMA llega orgullosa a final de competencia de arbitraje

Francisco Coronel Mejí­as.-

El equipo de arbitraje de la UMA brilló en la competencia. Foto: José Rafael Suárez

Cuando se presenta una disputa legal lo común es que las partes involucradas acudan a un tribunal para resolver el caso, pero también existen medios legales alternativos para la resolución de conflictos, siendo uno de ellos el arbitraje.

La directora de la Escuela de Derecho de la Universidad Monteávila (UMA), Marí­a Verónica Torres Gianvittorio, aseguró que el arbitraje es una de las “nuevas formas de derecho”, el cual ofrece una ventaja frente a recurrir a un tribunal: el proceso para solucionar el conflicto es mucho más rápido.

Torres señaló que, en el arbitraje, están presentes tres árbitros, los cuales escuchan los argumentos de las partes involucradas, las analizan, y finalmente dan un veredicto. Dos de los árbitros son colocados por las partes que discuten, mientras que el tercero es nombrado previo acuerdo.

El Centro de Arbitraje de la Cámara de Caracas (CACC) es la institución más conocida en la materia en Venezuela, con más de 450 expedientes tramitados. El CACC organiza competencias a las cuales son invitados los estudiantes de Derecho de todo el paí­s. En la más reciente edición de este evento el equipo que representaba a la UMA llegó a la final y obtuvo el segundo lugar, algo que la universidad nunca antes habí­a hecho en estas competencias, mucho menos bajo las caracterí­sticas particulares como lo logró.

Torres afirmó que la UMA siempre ha asistido a las competencias de arbitraje comercial organizadas por el CACC. Indicó que el ganador, la UCAB, se alzó con la victoria por una diferencia de tan solo 0,4 puntos con respecto a los obtenidos por la Monteávila.

El gran mérito de la UMA, según Torres, está en el hecho de que los estudiantes que representaban a la universidad pertenecí­an a segundo año de Derecho, por lo cual habí­a una cantidad considerable de conocimientos que no poseí­an con respecto a los alumnos de las otras universidades, los cuales estaban en cuarto o quinto.

La Directora de la Escuela de Derecho explicó que, para poder participar en la competencia, el estudiante requerí­a tener un promedio mayor a 15 puntos y cursar segundo año como mí­nimo. El equipo final de la UMA estuvo conformado por Carlos Carieles, Magdalena Maninat, Rafael Centeno y Rodrigo Farí­as.

En la competencia de este año la Cámara de Caracas simuló un caso en el cual cada universidad tení­a que asumir tanto la parte de demandante como de demandado. Fue un proceso de 6 meses, que comenzó en agosto, que estuvo dividido en tres fases: el escrito de demandante, el escrito de demandado y las audiencias.

El equipo de la UMA utilizó los primeros dos meses para estudiar y aprender sobre el arbitraje y los contenidos necesarios para poder desenvolverse de forma correcta en la competencia. A partir de octubre contaron con un mes y medio para enviar su defensa escrita como demandantes. Luego, dispusieron de otro mes y medio para enviar su defensa como demandados.

Posterior a esa fase escrita, el 7, 8 y 9 de febrero se llevó a cabo la parte oral, donde los equipos de cada universidad debí­an dividirse en dos grupos: demandantes y demandados, y enfrentarse contra los representantes de las otras instituciones en audiencias.

El 7 de febrero fue el dí­a de inauguración, donde los alumnos tuvieron un desayuno, conversaron con los árbitros –los cuales son abogados profesionales- y participaron en un taller donde se repasaron algunas nociones de lo que es el arbitraje.

El 8 de febrero se realizaron cuatro audiencias. En dos de ellas cada universidad tení­a que actuar como demandante y en las otras dos como la otra parte. La primera audiencia comenzó a las 8 de la mañana y la última culminó a las 5 de la tarde. Posteriormente los árbitros dieron a conocer el puntaje: la UMA se alzó como la primera finalista, con una calificación de 17,58 puntos.

La UMA demuestra la excelencia de su formación académica. Foto: UMA

El 9 de febrero se llevó a cabo la audiencia final entre la Universidad Monteávila y la Universidad Católica Andrés Bello, en la cual esta última obtuvo la victoria final.

Rafael Centeno indicó que los obstáculos más difí­ciles que tuvieron que atravesar él y su equipo en el proceso de la competencia fueron los temas que no manejaban. Declaró que las reuniones del equipo eran más que todo para ir a aprender cada vez más y más.

Magdalena Maninat añadió el hecho del poco tiempo que tuvieron, pues no estaban acostumbrados a hacer tanto trabajo y, sobre todo, cosas que nunca habí­an hecho antes, en periodos tan cortos.

Para Rodrigo Farí­as, la carencia de conocimientos por estar en segundo año fue una dificultad y una motivación a la vez, pues incentivaba a que el equipo aprendiera y quisiera superarse. Afirmó que ni él ni sus compañeros tení­an como objetivo principal ganar la competencia, sino fundamentalmente aprender y crecer.

Maninat definió a sus tutores, Fernando Rí­os y Fernando Sanquirico, como hombres perfeccionistas, que querí­an que su equipo siempre diera lo mejor. Eso se tradujo en un proceso difí­cil, pues eran muchas las correcciones que les hací­an a los estudiantes en los escritos que elaboraban.

El equipo reconoció esta actitud de los tutores como algo positivo, pues en el mundo del Derecho es necesario ser preciso, tener perfecta ortografí­a y una excelente argumentación.

Centeno determinó que la motivación provino precisamente del aprendizaje que se puede extraer de los temas que rodean al proceso arbitral.

Farí­as destacó la competitividad sana de cada uno de sus compañeros, lo cual los llevó a discutir frecuentemente sobre el caso y los diversos temas, buscando aprender más y complementándose los unos a los otros.

Torres señaló que para la UMA posee mucho significado el poder participar en la competencia y, más aún, quedar en la segunda posición de la misma, ya que esto demuestra la sólida formación académica que la universidad ofrece a sus alumnos. Este evento se presenta como una ventana para que los escritorios jurí­dicos noten a los umaí­stas para las pasantí­as y a la hora de contratar nuevos egresados, sirviendo a la vez como una herramienta de promoción de la facultad.

“La mejor recomendación que les puedo dar es que se interesen y que se unan, porque en verdad vale la pena. Todo lo que vas a obtener por el interés que tienes en eso, todo va a ser positivo. Les extiendo la invitación a que participen en todos estos eventos. No se limiten a que no, que las clases y tal. Participen en todo lo que se realice académicamente, en representación de la universidad, en todo eso porque todo lo que va a traer es positivo”, señaló Centeno.

“Yo recomiendo mucho a los estudiantes, no solo a los de Derecho, meterse en una competencia, que sea algo que les guste, que sea algo que les permita impulsarse en su carrera. Es súper importante. Nos dijeron mucho en esta competencia que la misma es como una pre-entrevista para los bufetes porque ahí­ ven mucho a las personas. Ahí­ es cazar talento. Ya el hecho de haber participado y ni siquiera el haber ganado, llegado a la final, es un plus en un currí­culum.”, añadió Maninat.

“La invitación está completamente extendida a todos los estudiantes de la facultad para el equipo de arbitraje y para cualquier otro evento que se realice. También para las otras facultades que tienen sus eventos. Por ejemplo, en Administración que tienen un trading de financiero. Esos eventos al final puede que sean de mayor o menor duración, pero son siempre un plus que apoya ya sea al currí­culum, y más allá, al intelecto, a la parte académica que lo forma a uno y lo prepara para el ejercicio de la carrera.”, concluyó Farí­as.

* Francisco Coronel Mejí­as es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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