La furia española choca contra el fin de ciclo

íngel Fernández.-

4611158
España alcanzó la máxima cúspide al coronarse en el Mundial Sudáfrica 2010. Foto: EFE

Paris, 27 de junio del 2016. España cayó ante Italia. 2-0, el marcador que firma el fin de una era dorada. Una “furia roja” que dejó la furia y demostró una pasividad absurda ante una squadra azzurra. Inevitable es ahora pensar en el fin de un ciclo que se extendió durante 8 años en una selección que sigue en un nivel competitivo aceptable pero que sin dudas ha dejado de ser referente indiscutible

Surge la hegemoní­a

En el 2008 Austria y Suiza reunieron a los grandes equipos del viejo continente, una Eurocopa que tildaba de favorita a una poderosa y completa Alemania, y en la que los dirigidos por Luis Aragonés no pintaban como peligrosos después de una dura clasificación.

España empezó su camino mostrando una muy buena cara en la fase de grupos, ganándole con un autoritario 4-1 a la selección rusa, con un hat-trick de David Villa. Siguieron dos partidos rudos, en los que primero Villa, contra Suecia, y después Dani Gí¼iza, contra Grecia, inclinaron la balanza en las postrimerí­as de esos encuentros.

A pesar de haber culminado  lí­deres de grupos se creí­a que de cuartos de final no pasarí­an los de Aragonés. Vení­a una organizada Italia y un partido muy duro. Nada evitó los penales, tanda que, después de bloquear los disparos de Daniele De Rossi y Antonio Di Natale, elevó a Iker Casillas como un auténtico arquero de élite. El disparo decisivo lo marcó Cesc Fábregas, quien pudo vencer a la leyenda de Gianluigi Buffon.

Ya en semifinales, otra vez contra Rusia, los jugones sacaron el talento máximo de todo el conjunto. Tras sortear la dramática lesión de Villa, España se adueñó del balón con un incesante juego de toques que agobiaba a los rusos, al punto que la segunda parte se convirtió en un auténtico paseo. El 3-0, con las firmas de Xavi, Gí¼iza y David Silva, puso a la furia roja frente a la favorita premeditada, Alemania.

La final de las precauciones y las ausencias, con un Guaje desgarrado fí­sica y emocionalmente. El partido contra la mannchaft generó dificultades y titubeos defensivos en la zaga española que no supo aprovechar la selección alemana. Apenas Fernando Torres encontró su juego no se esperó mucho para la gloria máxima. Con un disparo cruzado, luego de desmarcarse del defensor alemán y por encima del portero Jens  Lehmann, firmarí­a el primer tí­tulo de varios por venir.

4788083532_b32f309096_b
Casillas fue el capitán de los grandes éxitos. Foto: via photopin (license)

El “tiki-taka” domina el mundo

Dos años después una selección española con Vicente del Bosque como estratega afrontó un reto a la historia en una calurosa parada en el continente africano, especí­ficamente en Sudáfrica. A figuras del gran torneo europeo, como David Villa, Iker Casillas, Carles Puyol, Iniesta, Xavi, Ramos o Fábregas, se sumarí­an nuevos integrantes como Gerard Piqué o Sergio Busquets como refuerzos del juego defensivo. La furia roja esta vez vení­a con la vitola de favorito en todos los medios habidos y por haber.

El recorrido empezó con resbalón: España no capitalizó las incesantes llegadas al área de Suiza para finalmente caer por 1 a 0. Pero contra el segundo rival, Honduras, empezaron a entrar los balones. Villa marcó un doblete que enderezó el camino.

Y vino un juego clave contra Chile. En el primer tiempo Villa e Iniesta marcaron por España, que luego no se desmoronó a pesar del descuento austral.

“Empieza el verdadero mundial”, dijo Iniesta cuando se vinieron los 8vos. de final, la fase en la que tocarí­a enfrentar a los vecinos, Portugal, encabezados por Cristiano Ronaldo. Cuando ya se agotaba el reloj un brillante pase de Xavi de taconazo llevó a Villa a depositar al balón al fondo de las vallas, el 1-0 de la victoria.

Luego los 4tos. de final contra Paraguay, un partido con mucho suspenso, con un penalti dos veces cobrado (y fallado) por Xabi Alonso. En el minuto 83 otra vez el Guaje anotó el tanto de la victoria, el que rompí­a la maldición y llevaba a España a semifinales.

En el cruce otra vez Alemania, unos “panzer” que desean vengarse por una final perdida. Otra vez un triunfo por la mí­nima diferencia en las postrimerí­as del encuentro, con un Carles Puyol que voló como el barón rojo por encima de los defensores germanos.

11 de julio del 2010, la final de la Copa del Mundo. Al frente Holanda, una naranja mecánica más tosca que antes. Desde la patada de karate de De Jong hasta el casi gol de Robben, con esa parada de Casillas con el meñique del pie. La prórroga desembocó en grito sagrado de Iniesta en el minuto 116. España ganó su primera Copa del Mundo, esa primera estrella que posa encima del escudo de la federación.

Un último flamenco

En el 2012 Polonia y Ucrania presenciaron los últimos pasos pesados de La Roja, una última Eurocopa que firmarí­a la terna de trofeos. Un inicio dubitativo que concluyó con brillo.

El primer juego marcó un 1-1 contra Italia para luego dar paso a una exhibición del fútbol que se extraña entre los aficionados rojos: fue contra Irlanda en un 4-0 donde brillarí­a Torres con dos goles de 9 puro y un Silva excelso en la media. Después de un 2-0 contra Croacia, los 4tos. de final vieron a España enfrentarse a Francia, que sufrió el doblete de un gran Xabi Alonso.

La semifinal contra Portugal fue una pelí­cula de suspenso, un 0-0 con tanda de penales que concluirí­a con una victoria española.

La final llevó a España a verse las caras contra la fuerte Italia, partido que, con un 4 a 0 firmado por Villa, Alba, Torres y Mata, acabó con las crí­ticas de los marcadores por la mí­nima. Una España solidaria y unida que hasta este año serí­a la más poderosa del globo.

Tocando fondo

españa-derrotada-ante-italia
Euro 2016 marcó fin de una exitosa era del fútbol español. Foto: via photopin (license)

En el Mundial de Brasil 2014 se empezó a notar un alejamiento de la identidad de juego de los de Del Bosque, con falta de sincroní­a incluso de las figuras de la ofensiva en mitad de cancha. Una fase de grupos de la que nunca se pasó, ronda que se selló con la postal del holandés volador, Robin Van Persie, colaborando con el desgarrador 1-5 a favor de la naranja mecánica. La caí­da fue ratificada por un inobjetable triunfo chileno por 2-0, y en la que la victoria sobre Australia, por un 3 a 0, solo sirvió para maquillar un poco el desastre.

La Eurocopa del 2016 mostró primero un espejismo que hizo situar a España como candidata al tí­tulo. El triunfo de 1 a 0 sobre la República Checa vino seguido por un “baile” de 3 a 0 sobre una mediocre Turquí­a. La ilusión se perdió contra una Croacia que, a pesar de jugar con suplentes, se impuso 2 a 1.

Esta derrota puso a España como segundo de grupo y la llevó a enfrentarse, en 8vos. de final, contra Italia, juego que significó el despertar definitivo, la conclusión de una pesadilla de Eurocopa, un 0-2 iniciado por Chiellini y sellado por Pellé que luego sacó a luz la mala relación entre Del Bosque y Casillas, aunque a la postre hubo reconciliación ante las cámaras de los periodistas.

Después de la dimisión de Del Bosque se entiende que vendrán nuevos aires. ¿El tiki-taka ya no funciona? ¿Los toros viejos ya llevan mucho kilometraje para la convocatoria del 2018? ¿Quién será el nuevo entrenador de tantas estrellas? Y es que la última interrogante pone a pensar. La furia roja tiene todo para ser más que un atractivo nombre de cabecera. ¿El seleccionado que está plagado de estrellas debe dejar de creer en el juego que le dio tres tí­tulos de manera consecutiva? Esa es, sin duda, la pregunta del millón de euros.

* íngel Fernández es estudiante de Comunicación Social.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pluma